domingo, 19 de diciembre de 2010

La tiara (II)

En el sacerdocio levítico, la tiara –ceñida de una sola diadema de oro– era un paramento litúrgico. Insignia del Sumo Sacerdote, quien la recibía en su consagración.
«[Moisés] le impuso a Aarón la túnica y se la ciñó con la faja, le vistió con el manto, le puso encima el efod y se lo ciñó atándoselo con la cinta del mismo efod. Luego, le impuso el pectoral en el que depositó el urim y el tummim. Le cubrió la cabeza con la tiara y puso en su parte delantera la lámina de oro, la diadema santa, como había mandado el Señor a Moisés». (Lev 8, 7-9).
La Iglesia, nueva Israel, asumió esta tradición sagrada al mantener la tiara como insignia del Sumo Pontífice. Pero las diademas pasaron a ser tres, número místico que significa plenitud, para expresar la plenitud del sacerdocio de Cristo, y también la plenitud de potestad de la Iglesia: la «tríplex potestas».

1 comentario:

  1. La Nova Vulgata dice: «Cidari quoque texit caput et super eam contra frontem posuit laminam auream, diadema sanctum, sicut praeceperat Dominus Moysi». La Vetus «cidarim quoque texit caput». Según el Whitaker «cidaris» significa «head-dress of a Persian king; tiara; diadem (L+S), of high priest of Jews». Traducen tiara la Biblia de Jerusalén y la Nácar-Colunga. También la protestante Reina-Valera...

    Pero quizá por ser tiara una palabra maldita, algunos prefieren traducir turbante: así la versión argentina de vatican.va y la Clerus.

    Me apuesto el bigote a que también dice turbante la Biblia esa que ha publicado la Conferencia Episcopal.

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