viernes, 24 de diciembre de 2010

En el Portal de Belén

En el portal de Belén hay estrellas, sol y luna. Todo tiene un sabor originario y nos recuerda los días de la creación. El tiempo en que la humanidad era inocente y en la tierra todo era amable y hermoso: todo era bueno. El Portal de Belén es un revival del Paraíso. Es como el alma de la Virgen: un reducto donde el pecado no tiene poder. Aquí todo es gracia, armonía y belleza. Aunque se cierne la sombra ominosa de un destino terrible.

La Virgen, como Árbol de la Vida, sostiene en sus brazos el fruto delicado y precioso de sus entrañas. Nos lo ofrece; y nosotros Le adoramos sin codiciar la ciencia del bien y del mal.

Como muestra de la armonía de la creación, los animales sirven de gentil compañía a la Sagrada Familia. No sólo la mula y el buey, que miran pasmados y adoran el misterio del Verbo hecho carne. O los corderos que aquí y allá nos recuerdan el destino que le espera al Niño. (La Virgen le llama «corderico mío», ¿sin saber lo que dice? ¡Vaya si lo sabe!). Sino también ardillas, liebres, pajaritos, y hasta los ratones y demás sabandijas que, lejos de ser molestas, participan del ambiente religioso y familiar. El Niño mete la mano en la hura del áspid. Todavía no hay hostilidades, pero día vendrá en que Él y su Madre aplastarán la cabeza de la serpiente.

Se suele ponderar la pobreza en que nació Jesús. La canastilla, la cuna que con amor y primor le habían preparado sus padres... todo se quedó en Nazaret. Sólo pudieron traer algunos pañales. Jesús nació pobre, sí, pero no menesteroso, porque en el Portal de Belén a la Sagrada Familia «nada le falta». Ningún niño ha dormido en colchón de plumas con la placidez de Jesús en el pesebre, carne y heno. En un tinado derruido, casi a la intemperie, el Niño no pasa frío. No corre un viento helado, sino aquella brisa del Edén, a cuyo frescor paseaban juntos Dios y el hombre.

El Padre Eterno quiso que la llegada de Cristo al mundo fuera dulce. Si hubiese querido darle ya a probar sabores acres, habría puesto aquí a Estefatón, con su esponja de vinagre. Y no la leche purísima de los pechos virginales de la Madre Inmaculada.

Esta es la hora del álef. Lo proclama la cara del buey que mira todo pacíficamente. La noche luminosa. Habrá después una hora amarga de la tau, en que las tinieblas cubran el día, pero todavía no ha llegado esa hora.

Esta noche, la Virgen da a luz a su Primogénito como a un rayo de Luz. Parto letífico. Ya llegará el día en que nos alumbre a nosotros, sus hijos pecadores, entre dolores terribles y cruentos, y frente a la amenaza del dragón.

Esta noche los ángeles cantan: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes Él se complace».

domingo, 19 de diciembre de 2010

La tiara (II)

En el sacerdocio levítico, la tiara –ceñida de una sola diadema de oro– era un paramento litúrgico. Insignia del Sumo Sacerdote, quien la recibía en su consagración.
«[Moisés] le impuso a Aarón la túnica y se la ciñó con la faja, le vistió con el manto, le puso encima el efod y se lo ciñó atándoselo con la cinta del mismo efod. Luego, le impuso el pectoral en el que depositó el urim y el tummim. Le cubrió la cabeza con la tiara y puso en su parte delantera la lámina de oro, la diadema santa, como había mandado el Señor a Moisés». (Lev 8, 7-9).
La Iglesia, nueva Israel, asumió esta tradición sagrada al mantener la tiara como insignia del Sumo Pontífice. Pero las diademas pasaron a ser tres, número místico que significa plenitud, para expresar la plenitud del sacerdocio de Cristo, y también la plenitud de potestad de la Iglesia: la «tríplex potestas».

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Purísima

¿Qué cosa más blanca que el cándido lirio?
¿Qué cosa más pura que el místico cirio?
¿Qué cosa más casta que el tierno azahar?
¿Qué cosa más virgen que leve neblina?
¿Qué cosa más pura que el  ara divina
de gótico altar?
(...)

¡Oh mármol! ¡Oh nieves! ¡Oh inmensa blancura
que esparces doquiera tu casta hermosura!
¡Oh tímida virgen! ¡Oh casta vestal!
Tú estás en la estatua de eterna belleza,
 de tu hábito blanco nació la pureza,
 ¡al ángel das alas, sudario al mortal!

Tú cubres al niño que llega a la vida,
coronas las sienes de fiel prometida,
al paje revistes de rico tisú.
¡Qué blancos son, reinas, los mantos de armiño!
¡Qué blanca es, oh madres, la cuna del niño!
¡Qué blanca, mi amada, qué blanca eres tú!

M. GUTIÉRREZ NÁJERA



Señora: las montañas
con su mantilla blanca inmaculada,
el brillo de la estrella,
el amor abnegado de las madres,
el agua casta y clara de la fuente,
el profundo saber de los humildes,
los ojos de los niños
(que pueden ver a Dios), las azucenas,
las alas de paloma,
la Caridad que no busca el aplauso
ni el agradecimiento,
la melodía de las voces blancas...
Cuanto de bello hay
en este mundo impuro, corrompido,
es un rastro de Tí, de tu pureza.
Promesa de que un día venidero
Israel llegará como una novia
hasta el solio divino,
envuelta en blanco tul y en azahar,
limpia de sus pecados (de los míos).
Y el Señor de los Cielos
al mirarla dirá: «¡Qué guapa! Tienes
los ojos de tu Madre».

sábado, 13 de noviembre de 2010

La basílica y la lira

A los nacidos en esta época decadente nos parece sufrir un exilio en el tiempo. Nuestra patria fue este suelo... pero en otra época. Nos vemos como los hebreos deportados en Babilonia.

Pero un hecho reciente me ha hecho reconciliarme con el tiempo en que vivimos: la consagración de la Basílica Expiatoria Nacional de la Sagrada Familia de Barcelona. Tal esplendor del arte sacro y de la liturgia parecía impropio de esta época. La cítara se ha descolgado del sauce, y en manos de un vate anónimo ha sacado de él todo el genio grandioso del Catolicismo. Ut lyra Christus.

martes, 12 de octubre de 2010

La tiara (I)

Hemos tenido noticia de una nueva muestra de la recuperación de la tiara en el escudo de armas del Papa actual. Un goteo que empezó al menos en 2008. De forma paulatina, el stemma timbrado de tiara ha ido apareciendo en diversos soportes: ornamentos litúrgicos, el remate de un trono, el dintel de una dependencia vaticana, la fachada de una iglesia de la Urbe... Como in crescendo. El domingo pasado, en el repostero que guarnecía la ventana desde donde el Papa dirigió el rezo del Ángelus.

La jota quiso cantar

La Pilarica en el Cielo
la jota quiso cantar.
De oírla, los angelitos
se pusieron a bailar.

sábado, 14 de agosto de 2010

Ad cælestia regna, ad ethéreum thálamum

Assumpta est María in cælum: Gaudent ángeli, laudantes benedícunt Dóminum. Gaudete et exultate omnes recti corde quia hodie María Virgo cælos ascéndit, et cum Christo régnat in ætérnum. Regina mundi hodie de saéculo néquam erípitur. María Virgo assumpta est ad ethéreum thálamum in quo Rex régum stellato sédet solio. Ecce completa sunt omnia quæ dicta sunt per ángelum de Vírgine María.

María Virgo, sémper lætare quæ meruisti Chrístum portare, qui et in Cælis te assúmpsit et super choros angelórum te glorificávit. Paradisi portæ per te nobis apertæ sunt, quas hodie gloriosa cum ángelis triumphas.

Quæ est ista quæ progréditur quasi aurora consurgens, pulchra ut luna, electa ut sol, terríbilis ut castrórum acies ordinata? Quæ est ista, quæ procéssit sicut sol, et formosa támquam Jerúsalem? Vidérunt éam filiæ Sion, et beátam dixérunt: Et regine laudavérunt éam. Et sicut dies verni circumdábant éam flores rosárum et lilia convállium.

Quæ est ista quæ ascéndit de deserto deliciis affluens innixa super Diléctum suum? Quæ est ista, quæ ascéndit per desértum sicut vírgula fumi ex aromátibus myrrhæ et thuris? Ista est speciosa inter filias Jerúsalem sicut vidistis éam plénam caritate et dilectione in cubílibus et in hortis aromátum. Ista est quæ vulnerávit cor Dilecti in uno oculórum suórum et in candore et humilitate sua.

Super salútem et ómnem pulchritúdinem electa es a Dómino María et Regina Cælorum vocari digna es. Exaltata es Sancta Dei Génitrix super choros angelórum ad cælestia regna. Virgo prudentíssima, quo progrederis quasi aurora valde rutílans? Esto nostri mémor, o Dómina. Filia Sion, tota formosa et suavis es: pulchra ut luna, electa ut sol. Cum ésset Rex in accúbitu suo, nardus tua dedit odórem súum. Pulchra es et decora filia Jerúsalem, collum tuum sicut turris ebúrnea, óculi tui columbárum et comae cápitis sicut púrpura Regis.

Speciosa facta es et suavis in deliciis virginitatis, sancta Dei Génitrix, sicut columbam ascendéntem désuper rivos aquárum, quam videntes filiæ Sion vernántem in flóribus rosárum et liliis convallium beatíssimam predicavérunt, et regine laudavérunt éam. Sicut cedrus exaltata es in Líbano, et sicut cypressus in monte Sion: Quasi palma exaltata es in Cades et quasi plantatio rosæ in Jericho: quasi myrrha electa das suavitátem odoris. Sicut cinnamómum et bálsamum aromatizas, cuius inæstimábilis ódor est nimis in vestimentis tuis.

Tota pulchra es amica mea et mácula non est in te, favus distíllans labia tua, mel et lac sub lingua tua, ódor ungüentórum tuórum super omnia arómata. Iam enim hiems tránsiit, ímber abiit et recéssit, flores apparuérunt, vineæ florentes odórem dedérunt. Comedi favum cum melle meo, bibi vínum meum cum lacte. Intra in céllam vináriam, et vexíllum méum super te sit cáritas.

Hortus conclusus es, María, hortus conclusus, fons signatus, fons hortórum, púteus aquárum vivéntium quæ flúunt ímpetu de Líbano. Surge propera amica mea et veni, columba mea, tabernáculum gloriæ, vásculum vitæ, témplum cæleste. Ut sicut per cóitum lábem non sensisti críminis, sic in sepulchro solutiónem córporis mínime patiaris. Veni de Líbano sponsa, veni, coronaberis. Veni in hórtum méum sóror mea, messui myrrham méam cum aromátibus meis. Veni electa mea, et pónam te in thrónum meum, quia concupívit Rex spéciem túam.

sábado, 5 de junio de 2010

El hacha de San Bonifacio

Hoy es San Bonifacio, Obispo y Mártir, monje inglés que evangelizó Alemania en la primera mitad del s. VIII. Cumplió esta vasta misión en estrecha sujeción a Roma. Fundó varios obispados y una constelación de monasterios con cabeza en Fulda. Me gusta verlo representado así: con el hacha, talando el roble idolátrico. La estampa recoge una escena repetida en varios lugares. Para desarraigar la idolatría, Bonifacio se iba derecho al árbol sagrado de cada tribu y lo talaba. La reacción de los paganos era variable. Pero con frecuencia quedaban consternados y él aprovechaba para hablarles del verdadero Dios encarnado, que murió por nosotros en el árbol de la Cruz. Por supuesto, San Bonifacio murió mártir a manos de unos frisones a los que intentaba convertir.

Así han sido los santos de todos los tiempos. ¿Y hoy? Hoy los buenos católicos, como siempre, son pocos. Pero también blanden el hacha y desafían al mundo derribando sus ídolos intocables.

jueves, 3 de junio de 2010

Algunas expectativas económicas muy corrientes y que no se van a cumplir

.
-La revalorización del piso nos hará ricos.

-Los planes de pensiones son seguros.

-En la Seguridad Social tengo otra hucha.

-Las deudas las pagará la inflación. Con el paso del tiempo y a tipos bajos, los pagos de la hipoteca se harán muy llevaderos.

-Podremos seguir endeudándonos. Las cosas se compran a crédito. Sin necesidad de ahorrar, podremos pasar del pisito a un pisazo.

-Nunca me faltará el trabajo por mucho tiempo.

-En año y pico saldremos de la crisis.

-Mi sueldo no hará más que subir.

-No aumentará la presión fiscal. Si suben algo los impuestos será a cambio de más servicios públicos.

-El estado de bienestar corre con muchos gastos y riesgos. Sus coberturas son cada vez más amplias.

-Podré trabajar hasta una edad avanzada, si quiero. Y así ganar más durante más tiempo.

...

Me estoy acordando de algo que decía don Dalmacio Negro en aquellas clases magníficas. La situación económica que favorece las revoluciones no es la pobreza sino la decepción que sigue a una fase de exageradas expectativas, cuando éstas se ven defraudadas.

miércoles, 26 de mayo de 2010

domingo, 23 de mayo de 2010

Sor Fotina Rech: Preludios de los evangelios

Tal como prometí, publico un pasaje de Sor Fotina Rech. Doy mi traducción del texto inglés.

Permitidme citar antes unas lecturas previas que la autora supone frescas en el lector:

Gen 2, 8-10. «El Señor Dios plantó un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado. Y el Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y al paladar, y en medio del jardín el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Nacía en el Edén un río que regaba el jardín, y desde allí se dividía en cuatro brazos».

Gen 3, 22-24. «El Señor Dios se dijo: “El hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que ahora extienda su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre”. Entonces expulsó al hombre del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la que había sido hecho. Y después de expulsar al hombre, puso al oriente del jardín del Edén a un querubín que blandía llameante espada, para guardar el camino del árbol de la vida».

Is 5, 1-5. «Voy a cantar a mi amado el canto de la viña de sus amores: Tenía mi amado una viña en un fértil otero. La cavó, la despedregó y la plantó de cepas escogidas. Edificó en medio una torre, e hizo en ella un lagar. Y esperó que le diese uvas, pero solo le dio agrazones. Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá: juzgad entre mi viña y yo. ¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no haya hecho? Yo esperaba que me diese uvas. ¿Por qué me ha dado agrazones?».

Ap 22, 1-3. «Después el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero, en medio de la plaza de la ciudad [celeste]. A ambos lados del río, había sendos árboles de la vida que daban fruto doce veces al año, una vez cada mes, y sus hojas servían de medicina para las naciones».

V.t. Ps 53, 9-19; Mt 21, 33-41; Jn 15, 1-8.

Preludios de los evangelios. De acuerdo con una antigua tradición judía que se abrió camino en las primitivas leyendas cristianas, el Árbol de la Ciencia del paraíso era una vid. El arte lo ha expresado atinadamente como una cruz de madera entrelazada de sarmientos de vid. Esta imagen nos choca menos cuando sabemos por un autor romano que los antiguos llamaban árboles a las vides, a causa del enorme tamaño que en efecto alcanzan si no se las poda. Las vigas usadas en la fábrica de algunos templos antiguos dan fe de las gigantescas proporciones de estas vides. Algunos templos descansaban sobre columnas de madera de vid, y Plinio consigna que los escalones del templo de Diana en Éfeso estaban cortados de una sola vid de Chipre.

Los antiguos tenían a esta vid, o árbol de la Ciencia, como parejo compañero del Árbol de la Vida en el jardín del Edén. Según el apócrifo Apocalipsis de Baruc, las aguas del diluvio anegaron el paraíso destruyendo cuanto allí florecía, y también arrancaron la vid que crecía en el centro del jardín y la arrastraron lejos de allí. Noé encontró el pie y Dios le mandó replantarlo. Así Noé restauró el cultivo de la vid en el nuevo mundo. Y dice la leyenda que plantó aquella vid en la cumbre y centro de la tierra.

No es mera coincidencia que, según una antigua tradición, ese mismo punto se identifique con el centro del paraíso perdido y con el lugar donde fue creado Adán, donde desobedeció el mandato de Dios y donde fue enterrado. Allí se cree que se hallaba la roca del Gólgota. Y allí también, en la cumbre y centro de la tierra, se ha dicho que un ángel cumplió la orden de poner una semilla del prohibido Árbol de la Muerte en la boca del difunto Adán, nuestro padre primordial. Sobre la calavera de Adán se erguiría, en la plenitud de los tiempos, la cruz del Salvador: el Árbol de la Muerte maravillosamente transformado en Árbol de la Vida. El árbol de la Cruz, según esta piadosa tradición, procedía del árbol del jardín del Edén.

En la visión de los antiguos, que eran conscientes del simbolismo de cuanto veían, signo y realidad coincidían en este centro del mundo. Allí Noé, como prefiguración del Salvador que había de venir, plantó la vid del paraíso. Allí también corrió la sangre de Cristo como el mosto de una uva pisada, y mojó la tierra que cubría los huesos de Adán. Y allí, del primer pie de la nueva viña, brotó como renuevo el árbol de la Cruz.

El Apocalipsis de Baruc dice que «los agrazones de la viña maldecida se convierten en dulzura. La maldición se torna bendición. Lo que de ella se cosecha se convierte en la sangre de Dios. Y así como por aquel fruto fue condenada la raza humana, ahora por Jesucristo Emanuel [que cuelga como fruto del árbol de la Cruz] la humanidad es de nuevo llamada al paraíso».

Hay una profunda sabiduría y verdad en el fondo de estas cabriolas exegéticas que, con razón, han sido llamadas resonancias de los profetas y preludios de los evangelios. Lo que nos fascina aquí es la intuición de la unidad entre viña y Cruz.

La identificación simbólica de la viña del Edén con la Cruz también se insinúa en El Martirio de Mateo, una primitiva leyenda apócrifa de los apóstoles. Según este texto, el árbol primordial del paraíso resucitó como vid feraz en el «milagro del árbol». Brotó de una varita que el apóstol Mateo había recibido de la mano de Jesús y plantó por su divino mandato. Este nuevo Árbol de la Vida, cargado de racimos, cuya fronda rezuma miel y de cuyas raíces mana agua a raudales, tiene las trazas de aquel primer Árbol de la Vida. Como él, es un símbolo de la Cruz de Cristo, verdadero Árbol de la Vida, cuyo fruto y manantiales de agua viva transforman este mundo perverso en la nueva creación en Cristo.

sábado, 22 de mayo de 2010

Don Alfonso

Ha fallecido santamente en Madrid, el 17 de mayo, don Alfonso de Cárdenas Rosales, sacerdote del Opus Dei.

Después de renunciar a una brillante posición mundana y ordenarse, dedicó su vida como el cura de Ars al servicio del altar y al apostolado: confesión, predicación y dirección espiritual.

Quienes le trataron concuerdan en la opinión de santidad y en esta característica suya: don Alfonso era muy padre. Abroncaba como un padre y quería bien como un buen padre, preocupándose por la felicidad terrena y eterna de sus penitentes y dirigidos.

Su última enfermedad, bastante cruel, puso a prueba su acendrada reciedumbre: nunca se quejaba. En sus últimos momentos, hecho de verdad un Cristo sufriente, alcanzó una total unión con Aquel cuya muerte había ofrecido tantas veces como Hostia expiatoria.

Estoy convencido de que don Alfonso goza ya de la Visión Beatífica. Pero de todas maneras, a quien leyere esto, le ruego una oración por su alma.

martes, 11 de mayo de 2010

Un escudo franquista y anticonstitucional… que resulta ser de los Reyes Católicos

Bajo este título ha publicado un artículo en el Boletín de la RAMHG don José Miguel de Mayoralgo, Conde de los Acevedos, Académico de Número de las Reales de Extremadura de las Letras y las Artes y Matritense de Heráldica y Genealogía, y Correspondiente en Cáceres de la Real de la Historia. A continuación lo extracto y resumo:

«La llamada Ley de la Memoria Histórica, que con mayor precisión debería llamarse ley para borrar la memoria histórica, no deja de presentar casos que si no fuera por la triste realidad que representan, bien merecerían calificarse de broma chusca.

»A finales de marzo de este año, el Ayuntamiento de Cáceres mandó retirar un escudo anticonstitucional del monolito erigido a los conquistadores extremeños, por franquista. Los medios de comunicación se hicieron amplio eco de esta noticia que es doblemente errónea, pues el escudo removido ni es anticonstitucional ni franquista».

A continuación el autor recuerda que en España no se puede hablar de un escudo constitucional porque la Constitución no lo fija, ni tampoco de escudo preconstitucional ni menos anticonstitucional. Al escudo actual, regulado por una ley de 1981, más bien se le ha de llamar escudo oficial de España. Cuando la Constitución se promulgó, el ejemplar que juraron o prometieron los constituyentes llevaba el escudo entonces oficial, que era el aprobado en 1938 con ligeras variantes. Y el de 1938 se dispuso sobre la base del de los Reyes Católicos pero con notables modificaciones.

«Cuando se erigió en 1958 el monolito a los Conquistadores se quiso grabar el escudo de los Reyes Católicos y no el oficial vigente en ese momento; y el autor, que era un ilustre artista local, Eulogio Blasco el Mudo, se documentó correctamente». Y por tanto el escudo que ha sido retirado difiere del vigente desde 1938 en aspectos fundamentales: 1.- Lleva las armas de Sicilia contracuarteladas en aspa con las de Aragón, porque Don Fernando fue Rey de Sicilia. 2.- No lleva las de Navarra «ya que Isabel la Católica murió casi ocho años antes de la anexión de este reino a Castilla». 3.- No lleva la divisa Una, Grande, Libre, creada —esta sí— en tiempos de Franco. 4.- Y tampoco lleva las columnas de Hércules con la leyenda Plus Ultra, que son «una divisa personal del Emperador Carlos V».

«Lo que ha llevado a la confusión a los indocumentados y sectarios gobernantes cacereños es que el escudo arrancado del monumento lleva también el águila de San Juan y el yugo y las flechas, divisas personales de los Reyes Católicos».

«El desconocimiento de lo expuesto ha hecho incurrir al Ayuntamiento de Cáceres en un error muy lamentable al retirar del monumento un escudo de los Reyes Católicos, confundiéndolo con el vigente en el periodo 1938-1981, del que le separan las grandes diferencias explicadas. Y ha acrecentado el disparate sustituyendo la pieza arrancada por un escudo monárquico, es decir: el escudo oficial de España vigente desde 1981 que ni corresponde al momento de la construcción del monolito (1958) ni al periodo histórico del Descubrimiento de América, que era lo que se quiso conmemorar».

Acevedos pide respeto para los emblemas heráldicos de cualquier época, recordando que «los escudos oficiales de las dos Repúblicas españolas fueron mantenidos en los monumentos al cambiar el signo político». Encarece a los organismos oficiales que «se asesoren previa y debidamente, evitando incurrir en tan lamentables desatinos». Y Pide que el escudo de los Reyes Católicos sea repuesto en el «sencillo pero elegante monumento que conmemora en Cáceres la mayor empresa colectiva de Extremadura y de España, que ellos supieron iniciar».

lunes, 10 de mayo de 2010

Del enemigo el chantaje

¿Te crees que te lo van a premiar? No caigamos en la tentación de apaciguar a nuestros enemigos cumpliendo alguna de sus exigencias: usar su lenguaje ambiguo o su razonamiento perverso, concederle lo que es falso, mostrarnos moderados…

«Le decían al cura, tembloroso junto al zanjón:

»—Blasfema, y te perdonamos la vida.

»Entre tantos curas heroicos, aquel era una excepción. Tenía miedo. Dijo una irreverencia. Entonces le pegaron un tiro. Y comentaba el jefe, con una preocupación teológica:

»—Así es seguro que va al infierno».

Es a un Rey a quien digo mi poema

Se ha empezado a celebrar otra Misa tradicional en Madrid. Debe de ser medio clandestina porque no figura en los horarios de Una Voce, e incluso han borrado de Infocatólica la entrada de Miguel Vinuesa en que la anunciaba. Pero os confirmo que se dirá (D.m.) el último viernes de cada mes a las 20:30 en la parroquial de San Ildefonso (plaza de igual nombre, barrio de Chueca).

La primera tuvo lugar el 30 de abril. Según el calendario antiguo era la fiesta de Santa Catalina de Siena, Virgen, así que fue la Misa «Dilexisti justitiam» con la colecta, secreta y postcomunión propias de la Santa, replicadas con preces por el Papa. Salía del corazón rezar por Benedicto XVI. El introito, del Salmo 45, terminaba con el comienzo de este «cantus amoris»: «Dico ego ópera mea Regi». Y este verso me iluminó. Expresa de maravilla una de las razones que me inclinan al «Vetus Ordo» y que no habría podido explicar mejor en cien folios. Es a un Rey a quien digo mi poema.

lunes, 3 de mayo de 2010

Sor Fotina Rech: una monja muy benedictina

En su obra «Jesús de Nazaret» (p. 285), al tratar del simbolismo del agua en el Evangelio de Juan, el Papa establece una analogía entre el doble principio de la procreación natural, padre y madre, y el renacer del Bautismo por el Espíritu divino y el agua. Y cita la siguiente frase entre comillas al hablar del agua como «madre universal de la vida natural elevada en el sacramento mediante la gracia, a imagen gemela de la Theotokos [Madre de Dios] virginal». La autora de quien la toma va referida in-texto: «Photina Rech, Inbild des Kosmos. Eine Symbolik der Schöpfung, O. Müller, Salzburgo 1966, vol. 2, p. 303». Y sigue el Papa: «Dicho de otro modo, para renacer se requiere la fuerza creadora del Espíritu de Dios, pero con el sacramento se necesita también el seno materno de la Iglesia que acoge y acepta. Photina Rech cita a Tertuliano: “Nunca había Cristo sin el agua” (De Bapt, IX 4), e interpreta correctamente esta palabra algo enigmática del escritor eclesiástico: “Nunca estuvo ni está Cristo sin la Iglesia” (vol. 2, p. 304). Espíritu y agua, cielo y tierra, Cristo e Iglesia van unidos: de esta manera se produce el “renacer”. En el sacramento, el agua simboliza la tierra materna, la Santa Iglesia que acoge en sí la creación y la representa».

En su homilía de la Vigilia Pascual, hablando también de la regeneración bautismal, dice el Papa: «Una vez más, un antiguo escrito judío puede ayudarnos a hacernos una idea de ese proceso misterioso que comienza en nosotros con el Bautismo. En él, se cuenta cómo el antepasado Henoc fue arrebatado por Dios hasta su trono. Pero él se asustó ante las gloriosas potestades angélicas y, en su debilidad humana, no podía contemplar el rostro de Dios. “Entonces –prosigue el libro de Henoc– Dios dijo a Miguel: ‘Toma a Henoc y quítale sus ropas terrenas. Úngelo con óleo suave y revístelo con vestiduras de gloria’. Y Miguel me quitó los vestidos, me ungió con óleo suave, y este óleo era más que una luz radiante... Su esplendor se parecía a los rayos del sol. Cuando me miré, me di cuenta de que era como uno de los seres gloriosos” (Ph. Rech, Inbild des Kosmos, II 524)».

¿Quién es esta autora, a quien el Papa toma en tanta consideración? Pues poco puedo deciros: Sor Fotina Rech OSB (1914-1983) fue monja de clausura en la abadía benedictina de la Santa Cruz de Herstelle (Renania-Westfalia, Alemania) y creo que no escribió otro libro que el citado «La llave del cosmos», subtitulado «Una simbología de la Creación», de más de mil páginas en dos volúmnes. Hay un extracto publicado en inglés bajo el título «Bread and wine» y disponible en Google Books. Lo recomiendo vivamente.

Es una obra que aúna erudición y sabiduría, muy en la línea de la teología monástica, y al estilo del Papa: Antiguo y Nuevo Testamento, patrística, apócrifos, literatura intertestamentaria, mitología clásica… Los escritos de Sor Fotina nacen de la contemplación, de la lectio divina, y a ella conducen.

Me propongo ofreceros en futuras entradas mi personal traducción de algunos pasajes, a partir de la edición inglesa. Con el favor de Dios.

domingo, 2 de mayo de 2010

Si tus padres votan al PP

Primero, política.

Durante los años de hierro de Felipe González, Julio Cerón hizo célebre esta divisa: «Si tus padres votan al PSOE, ¡échales de casa!».

Pues yo diría hoy:
−Si tus padres votan al PP, están pidiendo la eutanasia.

A quien leyere

—¿Has abierto ya el blog?
—No, pero estoy escribiendo un par de cosas…
—Venga. Escribe lo que sea y publícalo.
—¿Y tú crees que alguien lo leerá?
—¡Pues claro, Mendrugo! Hay gente «p´a tó».

J.J. Carrión, en las entradas de su Blog de Heráldica (cuya reanudación espero para pronto), se dirige cortésmente al «improbable lector». Yo, al solicitar la benevolencia de quien leyere el mío, debería llamarle «lector imposible». ¿Quién se va a leer esta exposición desordenada de mis ocurrencias?

Lector amigo, para quien escribo: Si existes, si estás ahí… ¡eres de lo que no hay!